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La muerte de Enrique Pérez Mora, el Tenebras:

Redactado por Gerardo Alarcón Campos.

El 16 de junio de 1976, Enrique Guillermo Pérez Mora, el Tenebras, Juan Pablo Armenta Rodríguez y Froylán Rendón Estrada son atacados por agentes de la Dirección Federal de Seguridad mientras estaban en la casa de seguridad que el Comité Regional de la Liga Comunista 23 de Septiembre había establecido en el domicilio de calle la Amapola No 1618, colonia Las Margaritas, Culiacán Sinaloa. 

Los agentes, encabezados por Max Gerardo Toledo Sánchez, habían obtenido la pista sobre el paradero de dicho domicilio gracias a la detención de José Barron Caldera, militante de la Brigada Roja de la LC23S, detenido el 10 de junio de ese año en un retén localizado en Magdalena, Jalisco, mientras viajaba de la Ciudad de México hacia Culiacán en un autobús. José iba en camino para reunirse con Pablo Armienta, miembro del Comité Local de Culiacán y Froylán Rendón, responsable del Comité Regional de la LC23S con el fin de integrarse al Comité Local y hacer la entrega de documentos internos de la organización: un manuscrito titulado "Las masas proletarias en la ofensiva contra la burguesía" así como documentos con las actividades a realizar por las brigadas en Culiacán. 

José sería trasladado al Campo Militar No 1 en donde sería sometido a torturas por agentes de la Brigada Blanca. Las torturas lograron romper a José quién termina confesando el paradero del domicilio donde tendría lugar la reunión con los Comités. Dos meses después de su detención, la familia de José recibe una llamada telefónica de un compañero que afirmó haber estado detenido con él en el CMN1, sin embargo se desconoce su destino final. 

Con dicha información los agentes de la Brigada Blanca se trasladan a Culiacán para tomar por asalto el domicilio. Durante el enfrentamiento mueren Froylán y Juan Pablo. Antes de fallecer, Enrique, con sus últimas fuerzas, logra incrustarle un disparo en la cabeza a Max Toledo, quien moriría al día siguiente. 

Ese mismo día, los agentes de la DFS detienen a Miguel Ángel Valenzuela Rojo, a quien sacan por la fuerza de su domicilio localizado en la calle del Ferrocarril en Culiacán. Miguel Ángel es obligado a identificar los cuerpos, reconociendo únicamente los de Juan Pablo y Froylán pero menciona no reconocer a Enrique. Hecho esto, Miguel Ángel es trasladado al CMN1 donde también es desaparecido. 

La identidad de Enrique Pérez Mora sería una incógnita para los agentes de la DFS. No sería hasta el día 18 de junio cuando la señora Ana María Mora, madre de Enrique, identifica plenamente a su hijo. El cuerpo es trasladado a la ciudad de Guadalajara, al barrio de San Andrés donde compañeros de armas y de Los Vikingos lo velan.

Previamente, se le practica una autopsia y un embalsamamiento de manera clandestina, ya que los agentes de la DFS, en venganza por la muerte de Max Toledo, torturaron el cuerpo post mortem y lo entregaron ya en estado de putrefacción, acción deliberada pues ellos mismos impidieron el proceso de la necropsia con intención de acelerar el proceso de descomposición. Así mismo, en palabras del ex militante del FER, José de Jesús Hernández Morales, se tomó la decisión de extraer su corazón y conservarlo a manera de un símbolo que representa la lucha del barrio de San Andrés.

Nacido el mismo día de su caída en combate, es decir el 16 de junio pero de 1951 en Cuquio, Jalisco, Enrique fue el segundo hijo del matrimonio conformado por Camilo Pérez Reyes y María Mora Gutiérrez. A temprana edad, la familia se mudaría al Barrio de San Andrés en la ciudad de Guadalajara. 

A los 16 años formaría parte de Los Vikingos, una banda juvenil que transitaria de ser la típica pandilla de barrio a formar parte de la base política estudiantil de la Universidad de Guadalajara que luchaba contra el autoritarismo de la Federación de Estudiantes de Guadalajara; esto al ingresar sus miembros a estudiar dentro de las escuelas pertenecientes a la Universidad y entrar en contacto con otros jóvenes y contextos donde permeaban nuevas formas de interpretar y transformar la realidad política y social. 

Los Vikingos serian uno de los sectores más combativos del Frente Estudiantil Revolucionario. Así lo demostraría Enrique y sus compañeros el 23 de septiembre de 1970 al participar en la toma del edificio de la Federación de Estudiantes Socialistas de Occidente, el cual había sido creado como albergue para los estudiantes pero había sido transformado en el centro de operaciones de la FEG.

Días después, el 29 de septiembre, Enrique participaria como uno de los organizadores de un mitin celebrado en las instalaciones del Instituto Politécnico y como parte del cinturón de seguridad. Sin embargo miembros de la FEG, llegarian al lugar y abrirían fuego en contra de un mitin estudiantil encabezado por el FER, provocando la muerte de dos integrantes del FER y un vendedor ambulante e hiriendo a 23 estudiantes. 

Mientras que los pistoleros de la FEG eran exonerados, los miembros del FER son perseguidos y una semana después Enrique es detenido en los Reyes, Michoacán, señalado por ser uno de los que comenzó el tiroteo. En enero de 1972, todos los acusados son puestos en libertad gracias a la promoción de amparos y la falta de pruebas que los vinculara con los trágicos acontecimientos del Instituto Politécnico. 

Enrique se reincorporaría al trabajo político-militar dentro de una brigada al mando de Juan Manuel Rodriguez Moreno, el Clark, quien falleceria el 14 de febrero de 1973 al manipular un explosivo. Enrique, por invitación de Pedro Orozco Guzmán se acerca al grupo del FER que establece contacto con Los Procesos, y el cual en marzo de ese año se consolida como la Liga Comunista 23 de Septiembre. 

Dentro de la LC23S participaria en algunas expropiaciones y en el secuestro del Cónsul Británico Anthony Duncan Williams. Sin embargo el 16 de febrero de 1974 es detenido después de sostener un enfrentamiento con agentes policiacos en Guadalajara. Enrique es encarcelado en el Penal de Oblatos. 

El 22 de enero de 1976, Enrique junto con Antonio Orozco Michel, Mario Álvaro Cartagena, Armando Escalante Morales, Francisco Mercado Espinoza, y José Natividad Villela Vargas se fugan del penal de Oblatos en Guadalajara en la que sería una de las acciones político – militares mejor planeadas y ejecutadas de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la Operación 29 de mayo.

La planeación de la logística y operatividad de la fuga desde dentro del penal corrió a cargo del genio estratégico de Enrique, mientras que David Jiménez Sarmiento se encargaría de planear la extracción y retirada. Durante la ejecución de este plan, Enrique conocería a Alicia de los Ríos Merino con quien procrearia una hija.

La fuga de Oblatos desencadenó una feroz represión en contra de los familiares de los revolucionarios fugados. Curiosamente y como si se tratara de un entrelazamiento de destinos, Max Toledo sería el encargado de encabezar este operativo, en el cual la señora María Mora sería golpeada y torturada por el agente de gobernación dentro de las instalaciones de la XV zona militar.

Enrique Pérez Mora, el Tenebras, es recordado por su combatividad e inteligencia, por su capacidad de influir en los jóvenes y alentarlos a la lucha, así mismo es recordado por su profundo compromiso con la lucha revolucionaria que lo llevó, así como a muchos jóvenes de esa generación, a tomar las armas para combatir a un Estado autoritario y a sus instituciones coercitivas con el objetivo de crear un mundo mejor.

* Fuentes de referencia:

-La Liga, una cronología: Alberto López Limón.

- Semblanza de Enrique Pérez Mora "Tenebras": Mario Ávila.

- Enrique Guillermo Pérez Mora: Jorge Manuel Pérez Mora. 

- Memorias de un Guerrillero: José de Jesús Morales Hernández.

- La Fuga de Oblatos: Antonio Orozco Michel.

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